Muchas startups son fundadas por personas con habilidades técnicas increíbles. Gente que puede escribir software súper complejo, diseñar algoritmos increíbles, fabricar máquinas que hacen magia, entre otras cosas. Es ideal que el CEO de una startup tenga habilidades técnicas muy desarrolladas. Pero no creo que sea una condición para el éxito. A mi juicio, lo que realmente le permite al CEO de una startup hacer la diferencia son los soft skills. Mi hipótesis es que los CEOs de startups exitosas que comenzaron valiéndose solo de su conocimiento técnico, lograron el éxito gracias a que aprendieron a desarrollar las otras habilidades, y reconvirtieron su rol a uno que aprovecha esas nuevas habilidades. Cuando gente como Ben Horowitz, Peter Theil y Reid Hoffman cuentan las decisiones difíciles que tuvieron que tomar en sus primeros años como emprendedores, resalta que ninguna requirió conocimientos técnicos sofisticados, sino otro tipo de habilidades.
Llevo muchos años pensando en qué habilidades hacen que una persona sea un líder efectivo y observando el comportamiento de personas (incluyéndome a mi mismo) en posiciones de liderazgo en el sector privado, público, académico, entre otros. Creo que las habilidades que requiere el CEO de una startup no son tan diferentes que las del líder efectivo en otros contextos, pero sí tiene que desplegarlas a un nivel y con una intensidad mucho más alta.
Creo que son cinco habilidades clave:
Grit. El grit es la perseverancia y la persistencia. Proviene de la capacidad de automotivarse y no ver ningún obstáculo, por más grande que sea, como una amenaza sino como una oportunidad para aprender, para crecer y desarrollarse. Una startup no es más que una máquina para superar obstáculos increíbles, por lo que es evidente que si el CEO no tiene grit, no tendrá éxito, pues se dejará vencer por los obstáculos.
Comunicación. El CEO de una startup está tratando todo el tiempo de comunicar ideas nuevas, complejas, y contraintuitivas. Quiere convencer a clientes potenciales que nunca han escuchado de su tecnología ni de su empresa, quiere convencer a inversionistas que solo ven en él la posibilidad de perder su dinero, quiere convencer a gente talentosa para que deje un trabajo muy bien pagado y se una a su equipo. Si no es un excelente comunicador (o no aprende a serlo rápidamente), será muy difícil que tenga éxito.
Empatía y capacidad para escuchar. Por más inteligente que sea el CEO de la startup, no sabe todo lo que necesita, y ni siquiera sabe lo que no sabe. Si no aprende a escuchar a los demás no podrá tener la información y el conocimiento necesarios para tomar decisiones. Tiene que escuchar a sus clientes, a su mercado, y entender las señales que le dan para saber cómo pivotear. Tiene que escuchar a los miembros de su equipo para entender qué problemas están teniendo y cómo ayudarlos a resolverlos.
Decisión. La capacidad para tomar decisiones difíciles y dormir tranquilo en la noche. Esto es algo imposible de alcanzar al 100%, pero si no te acercas cada vez más a eso, simplemente te mueres de un infarto en el camino y por lo tanto no tienes éxito. Tienes que poder sentirte cómodo tomando riesgos y no flagelarte cuando las cosas salen mal. Una startup no se maneja viendo el retrovisor. Solo puedes mirar hacia adelante. Tienes que saber que nunca vas a poder tener información perfecta para tomar una decisión, y que no puedes paralizarte, así que tienes que avanzar y tienes que estar tranquilo sabiendo que haces tu mejor esfuerzo. Si las cosas salen mal, tienes que desarrollar la confianza de saber que las podrás corregir y aprenderás de tus errores. Si el miedo te hace indeciso, tu startup no avanzará a la velocidad necesaria, o dejarás de tomar riesgos y te estancarás.
Curiosidad. Tienes que estar investigando, pensando en cosas nuevas, zambulléndote cada cierto tiempo en cosas que no sabes. Lo que no aprendes, no lo valoras. Si no lo valoras, no lo puedes gestionar. Si eres un fundador técnico y no sabes de marketing, apréndelo y conviértete en un capo. Así lo valorarás y te apasionará la idea de contratar a los mejores marketeros para tu startup. De lo contrario, lo verás como un trabajo de poco valor, poco interesante, y tu startup nunca será buena en una competencia fundamental para el éxito.